Hace no mucho tiempo, nos invitaron a la segunda reforma agraria en una ceremonia de lanzamiento en Cusco. El gobierno presentó un proceso que potenciaría y revaloraría el trabajo de 2.2 millones de pequeños productores de la agricultura familiar. Durante el discurso de orden pronunciado en quechua, Guido Bellido exhortó al Congreso a impulsar una ley de reforma agraria y que esta segunda reforma agraria sería respaldada con recursos e infraestructura, en vista de que sin pistas y carreteras no es viable un proceso de transformación del agro. Este es un tema vial, no agrícola.
Bellido reiteró la voluntad del gobierno de luchar frontalmente contra la corrupción y, al mismo tiempo, instó a las autoridades regionales y locales a hacer lo mismo. El entonces premier recogió múltiples documentos con pedidos y demandas de las autoridades provinciales y distritales. Pero de agricultura nones.El entonces ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Víctor Maita, manifestó que la segunda reforma agraria sería un proceso participativo e inclusivo y que daría una esperanza para más de dos millones de hombres y mujeres de campo. Pero de agricultura; de cómo, cuándo y qué, nada se dijo. Pura demagogia.(..)
Publicado el Sábado 29 de junio del 2024 en el diario Peru 21.
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