Nuestros políticos, nuestras autoridades y nuestros gestores en general son muy poco entendidos en el potencial y en la necesidad que se tiene del manejo oportuno y sobre todo inteligente de las vastas reservas de agua dulce en nuestro país.
Sí, vastas reservas de agua dulce. Perú es uno de los países más privilegiados en cuanto a la disponibilidad del líquido elemento listo para su consumo o empleo en actividades económicas. Pero subsiste en nuestra experiencia colectiva la idea de que la costa es un desierto, y que el agua es estacional, que se pierde en el mar, que los ríos son el gran botadero de basura de miles de poblados, ciudades chicas, medianas o grandes, etcétera.
Eso todo es verdad. Si bien es cierto que el aparato sancionador de las instituciones ambientales se vuelca a chantajear, sancionar o incluso sabotear al sector público y privado; muchos de nosotros conocemos cómo se han convertido en grandes basurales el cauce del río Rímac o las carreteras en todo el país. Cero sanciones.(..)
Publicado el Sábado 19 de abril del 2025 en el diario Perú 21.
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