Fue una suerte –dentro de la desgracia– que el evento haya empezado tarde en la segunda mitad del verano. Pero ese beneficio significó un invierno cálido que trajo mucho perjuicio económico.
Ahora que cae el telón de 2023, algunas reflexiones sobre lo que nos ha tocado vivir en materia climática. Sin ninguna duda, la explosiva transición de La Niña a El Niño, con un muy fuerte sesgo costero, es lo que ha marcado el verano 2023. Como siempre, El Niño Costero ha llegado con furia y esto se tradujo en un penoso cuadro de inundaciones y destrucción en la costa norte y centro. Fue una suerte –dentro de la desgracia– que el evento haya empezado tarde en la segunda mitad del verano. Pero ese beneficio significó un invierno cálido que trajo mucho perjuicio económico.
Hace poco, uno de los mejores científicos peruanos en ciencias atmosféricas, José Manuel Gálvez, hacía notar que los Niños Costeros de 2017 y 2023 fueron precedidos, pocos meses antes, de calentamientos del mar frente al norte de Chile y sur de Perú. Un tema que él viene investigando. Algo a lo que habría que atender. Hoy hay agua sobreenfriada en esa zona y se podría esperar –como lo muestran algunos modelos climáticos– que aguas frías reemplazarán a las de El Niño Costero antes de que termine el verano.(..)
Publicado el Sábado 30 de diciembre del 2023 en el diario Peru 21.
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